sábado, 30 de junio de 2012

Un tonto listo.



Se cuenta que en una ciudad, un grupo de personas se divertían con el tonto
del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo
pequeños mandados y recibiendo limosnas.
 
Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le
ofrecián escoger entre dos monedas: una tamaño grande 50 centavos y otra de
menor tamaño, pero de 1 peso.

Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas
para todos. 

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el
inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido
que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
– Lo sé señor, no soy tonto…., vale la mitad, pero el día que escoja la
otra, el jueguecito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Vivir el presente.



Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. – ¿Cual?
Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana. Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda. Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado. Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro.
La anciana le dijo: “Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días” Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. “¿Podría quedarme la pelota?”, preguntó. La anciana se la entregó.
Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado.
De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios.
Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino.
Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente. Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. “¿Has disfrutado de mi regalo?”, preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: “Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla.Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida. “Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo”, dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: “Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida”. Dicho esto se quedó otra vez dormido.
“Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez. Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tala como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora.

miércoles, 27 de junio de 2012

La golondrina.



En pleno invierno una golondrina que se había perdido volaba hacia el sur para invernar. Agotada, temblando de frío y apunto de congelarse se posó en la hierba; cuándo se encontraba al borde de la muerte por hipotermia, pasó una vaca que defecó en aquel preciso momento dejando caer unas boñigas sobre él. Envuelto en el montón de estiércol, el pájaro se dio cuenta de lo cálido y a gusto que estaba allí. Se sintió tan feliz que empezó a piar de alegría.

Oyendo el canto de pájaro, un gato se acercó a investigar. Descubrió el pájaro bajo el montón de estiércol, lo desenterró y rápidamente se lo comió.


lunes, 25 de junio de 2012

Recuerdos.



Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.

El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

“Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

“Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.

Intrigado, el amigo preguntó:

-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

Los tres ancianos.



Una mujer que salía de su casa vio a tres ancianos de barbas blancas sentados en el jardín de su casa.

-No sé quienes son ustedes, pero deben tener hambre. Por favor, pasen que les daré algo de comer
-¿Está el hombre de la casa?, preguntó uno de ellos.
-No, no está.
-Entonces no podremos entrar, dijeron los ancianos.

Al atardecer, cuando su marido llegó a la casa, la señora le contó lo sucedido.
-Ve y dile que yo estoy en casa y que los invito a pasar a los tres.

La mujer salió y los invitó amablemente a que pasaran.
-Nosotros no podemos ser invitados a una casa juntos, dijo con determinación uno de los ancianos.
-¿Por qué?, preguntó la mujer muy intrigada.

El anciano con la barba más blanca respondió:
-Su nombre es Riqueza, dijo señalando a uno de ellos y señalando al otro agregó: Su nombre es Éxito, y el mío es Amor… ahora, ve con tu marido y decidan a cuál de nosotros prefieren invitar.
-¡Qué fantástico! Si ese es el caso invitemos a Riqueza. Así llenaremos nuestra casa con riquezas, dijo el marido cuando escuchó lo que le contó la mujer.
-No, no me parece buena idea… ¿Por qué no elegimos a Éxito? así seremos admirados por todos.
su hija adoptiva que escuchaba la conversación desde su habitación exclamó:
-¿ Por qué no invitamos al Amor? ¿Por qué siempre hay que pensar en las riquezas y el éxito como si el amor no fuera importante para nosotros?

La intervención de la niña dejó a sus padres en silencio y avergonzados.

-Sí, ella tiene razón, dijo la madre.
Y el padre agregó: Sigamos el consejo de nuestra hija.

La mujer salió al encuentro de los ancianos y preguntó :
-¿Cuál de ustedes es Amor? … Por favor, pase y sea nuestro invitado.

Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y los siguieron. Sorprendida, la mujer miró a Éxito y a Riqueza y preguntó:

-Sí yo solamente invité a Amor ¿Por qué ustedes también vienen?

Los tres ancianos respondieron juntos:
-Si hubiese invitado a Éxito o a Riqueza los otros dos se quedaban afuera, pero ustedes invitaron a Amor, y donde quiera que él vaya los otros lo siguen. Porque donde hay amor siempre hay éxito y riqueza.

Sin nombre.




Un señor muy creyente sentía que estaba cerca de recibir una luz que le iluminara el camino que debía seguir. Todas las noches, al acostarse, le pedía a Dios que le enviara una señal sobre cómo tenía que vivir el resto de su vida.

Así anduvo por la vida, durante dos o tres semanas en un estado semimístico buscando recibir una señal divina.

Hasta que un día, paseando por un bosque, vió a un cervatillo caído, tumbado, herido, que tenía una pierna medio rota. Se quedó mirándolo y de repente vió aparecer a un puma. La situación lo dejó congelado; estaba a punto de ver cómo el puma, aprovechándose de las circunstancias, se comía al
cervatillo de un sólo bocado.

Entonces se quedó mirando en silencio, temeroso también de que el puma, no satisfecho con el cervatillo, lo atacara a él. Sorpresivamente, vio al puma acercarse al cervatillo. Entonces ocurrió algo inesperado: en lugar de comérselo, el puma comenzó a lamerle las heridas.

Después se fue y volvió con unas pocas ramas humedecidas y se las acercó al cervatillo con la pata para que éste pudiera beber el agua; y después se fue y trajo un poco de hierba húmeda y se la acercó para que el cervatillo pudiera comer.

Increíble.

Al día siguiente, cuando el hombre volvió al lugar, vió que el cervatillo aún estaba allí, y que el puma otra vez llegaba para alimentarlo, lamerle las heridas y darle de beber.

El hombre se dijo:
Esta es la señal que yo estaba buscando, es muy clara. "Dios se ocupa de proveerte de lo que necesites, lo único que no hay que hacer es ser ansioso y desesperado corriendo detrás de las cosas".

Así que agarró su atadito, se puso en la puerta de su casa y se quedó ahí esperando que alguien le trajera de comer y de beber.

Pasaron dos horas, tres, seis, un día, dos días, tres días... pero nadie le daba nada.

Los que pasaban lo miraban y él ponía cara de pobrecito imitando al cervatillo herido, pero no le daban nada.
Hasta que un día pasó un señor muy sabio que había en el pueblo y el pobre hombre, que estaba muy angustiado, le dijo:
- Dios me engañó, me mandó una señal equivocada para hacerme creer que las cosas eran de una manera y eran de otra. ¿Por qué me hizo ésto? Yo soy un hombre creyente...

Y le contó lo que había visto en el bosque.
El sabio lo escuchó y luego dijo:
- Quiero que sepas algo. Yo también soy un hombre muy creyente.
Dios no manda señales en vano. Dios te mandó esa señal para que aprendieras.

El hombre le preguntó:
- ¿Por qué me abandonó?

Entonces el sabio le respondió:
- ¿Qué haces tú, que eres un puma fuerte y listo para luchar, comparándote con el cervatillo?

Tu lugar es buscar algún cervatillo a quien ayudar, encontrar a alguien que no pueda valerse por sus propios medios.

sábado, 23 de junio de 2012

El verdadero valor del anillo.



Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era
desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no
aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para
entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-.

Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.

Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca
de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo:
una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

viernes, 22 de junio de 2012

Una historia de amor.



Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le
llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos...

La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo.
Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.

Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación.

Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo...

Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando
que se acercaba la fecha del aniversario.

Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él
guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo
acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.

Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj."
Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.

Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a
preguntar.
El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:
- Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?
- Seguro - fue la respuesta.
- Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.
El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.
Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.

A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza.
Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.
Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían.
Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj de oro del
abuelo.
Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia.

El obstáculo más grande.





Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo. Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta
que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos...
Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

¿Cómo crecer?

 

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor, o puedes marchitarte en tu propia condena...

El buscador.




Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra.
Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. El había aprendido a hacer caso riguroso a estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió.
Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó, a lo lejos, Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó mucho la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores; la rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada.
…una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.
De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de este paraíso multicolor.
Sus ojos eran los de un buscador, y quizás por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción… “Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”
Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida.
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar.
Mirando a su alrededor el hombre se dio cuenta de que la piedra de la lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla, decía: “ Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses, y 3 semanas”.
El buscador se sintió terriblemente conmocionado.
Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba.
Una por una, empezó a leer las lápidas.
Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo conectó con el espanto, fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los 11 años…
Embargado por un dolor terrible se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio, pasaba por ahí y se acercó.
Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

No, ningún familiar – dijo el buscador - ¿qué pasa con este pueblo?, ¿qué cosa tan terrible hay en este ciudad?. ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar?, ¿cuál es la horrible maldición que pesa sobre este gente, que los ha obligado a construir un cementerio de chicos?!!

El anciano se sonrió y dijo:
- Puede Ud. Serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré…
Cuando un joven cumple quince años sus padres le regalan una libreta, cómo ésta que tengo aquí, colgando del cuello.
Y es tradición entre nosotros que a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: ala izquierda, qué fue lo disfrutado….a la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia, y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?, ¿una semana?, ¿dos?, ¿tres semanas y media?...
Y después…la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso, ¿Cuánto duró?, ¿el minuto y medio del beso?, ¿dos días?, ¿una semana?...
¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo…?
¿ y el casamiento de los amigos…?
¿y el viaje más deseado…?
¿ y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?...
¿horas?, ¿días?...

Así vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos…cada momento.
Cuando alguien se muere,
es nuestra costumbre,
abrir su libreta
y sumar el tiempo de lo disfrutado,
para escribirlo sobre su tumba,
porque ESE es, para nosotros,
el único y verdadero tiempo VIVIDO.

El árbol de amigos.




Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

El amor.



 
Un día la profesora preguntó a su clase.

"¿Que es el Amor?"

A lo que un niño levatando la mano dijo:

"Amor es cuando mis padres no se pelean y se dan cariño"

La profesora buscando respuestas más profundas volvió a peguntar:

"¿Cómo sabéis que el Amor existe si nunca lo habéis vivido?"

Toda la clase quedó en silencio...

Pedro,el más pequeño de la clase levantó tímidamente la mano y dijo:

"Mi madre dice que el Amor es como el azúcar en la leche que me hace todas las mañanas, yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero si no la hecha, no tendría sabor...

...El Amor existe, está siempre en medio de nosotros sólo que no lo vemos, pero si no existiera, nuestra vida, quedaría sin sabor"

La profesora sonrió y dijo:

"Muy bien Pedro...

...Os enseño muchas cosas, pero hoy TU me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo sabía...

...Ahora se que el Amor es el azúcar que está en todos los días endulzando nuestra vida."

Le dio un beso y salió emocionada.



La sabiduria no está en el conocimiento, sino en la viencia de nuestras vidas.
Teorias existen muchas, pero dulzura como la del Amor, pocas

¡NO TE OLVIDES DE ECHAR AZÚCAR A TU VIDA!

Ser positivo.

Una historieta popular del cercano oriente cuenta que un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó: "¿Qué clase de persona vive en este lugar?"
"¿Qué clase de persona vive en el lugar de donde tú vienes?", preguntó a su vez el anciano.
"Oh, un grupo de egoístas y malvados –replicó el joven–; estoy encantado de haberme ido de allí". A lo cual el anciano contestó: "Lo mismo vas a encontrar aquí"
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano, preguntó: "¿Qué clase de personas viven este lugar?". El viejo respondió con la misma pregunta: "¿Qué clase de personas viven en el lugar de dónde tú vienes?". El joven respondió: "Gente magnífica, honesta, amigable, hospitalaria, me duele mucho haberlos dejado". "Lo mismo encontrarás aquí", respondió el anciano.
Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo: "¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta?". A lo cual el viejo respondió: "Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo, no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque la actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto".

Si tienes una actitud positiva encontrarás la verdadera riqueza de la vida.

jueves, 21 de junio de 2012

Para motivarte.


Para triunfar en la vida, no es importante llegar el primero. Para triunfar simplemente hay que llegar, levantándose cada vez que se cae en el camino.

Si no te esfuerzas hasta el máimo, ¿Cómo sabrás dónde está tu límite?

Somos dueños de nuestro destino. Somos capitanes de nuestra alma. (Winston Churchill)

Para empezar un gran proyecto, hace falta valentía. Para terminar un gran proyecto, hace falta perseverancia.

Si quieres triunfar, no te quedes mirando la escalera. Empieza a subir, escalón por escalón, hasta que llegues arriba.

Saber no es suficiente; tenemos que aplicarlo. Tener voluntad no es suficiente; tenemos que implementarla. (Goethe)

Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caida. (Confucio)
   

¡Nunca te detengas!



La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años; pero lo más importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.

Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por lo años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!

Madre Teresa de Calcuta.

Sé Feliz


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscala. Primero, se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los biajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En una esquina del camino vió un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida"

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sisabores de la vida se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saver y de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscardor infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."


Ser feliz, es una actitud.

¿Un Silent Hill real?

 

Centralia.
Ubicación: Centralia, Pennsylvania, Estados Unidos.
Historia: En 1962, se produjo un incendio, el fuego se extendió rápidamente a través de un agujero en la mina de carbón debajo de la ciudad, y los incendios han estado ardiendo desde entonces. Olas de humo fuera de las grietas en el camino y grandes fosas en la tierra liberan miles de grados de calor y vapores peligrosos en el aire. La ciudad ha sido evacuada poco a poco en los últimos años, aunque algunos residentes han optado por quedarse, creyendo que la evacuación es una conspiración por parte del Estado para obtener derechos mineros de las reservas de carbón que se encuentran por debajo de sus casas.
Casi Abandonado permaneces habitando en la ciudad 10 ciudadanos.
Se podría decir un Silent Hill real.

¿Por qué mueren las abejas despues de picar?

¿Alguna vez te preguntaste por qué mueren despues de picar?

Sucede que al picar, clavan sus aguijones que quedan anclados en sus víctimas y se desprenden del cuerpo del insecto, lo que provoca su muerte casi al instante pues se desgarra parte del abdomen. ¡Una horrible forma de morir!

miércoles, 20 de junio de 2012

No esperes, hazlo.



No esperes una sonrisa, para ser gentil...

No esperes ser amado, para amar...

No esperes estar solo, para reconocer el inmenso valor de un amigo...

No esperes el luto del mañana, para reconocer la importancia de quienes están hoy en tu vida...

No esperes tener el mejor de los empleos, para ponerte a trabajar...

No esperes la nostalgia del otoño, para recordar un consejo...

No esperes la enfermedad, para reconocer que tan frágil es la vida...

No esperes a la persona perfecta, para entonces enamorarte...

No esperes el dolor, para pedir perdón.

No esperes la separación, para buscar la reconciliación...

No esperes elogios, para creer en ti mismo...

No esperes que los demás tomen la iniciativa, cuando sabes que tú mueres de ganas de un abrazo, una caricia, un beso...

No podemos esperar, el momento es hoy... Y hoy significa ahora, este nuevo día que comienza...

No esperes el día de tu muerte, si aún no haz amado la vida...

No vivamos esperando de los demás, empecemos a ser protagonistas...

Es nuestra vida, es nuestro presente... Aquí y ahora...

Debemos aprender a amar, a dar desinteresadamente, a sentir, a perdonar, a darle valor a nuestras pequeñas cosas, a nuestros amigos, a nuestro trabajo, a nuestra vida de todos los días...

No esperemos de los demás... Nunca sabremos que nos darán, que recibiremos...

Si vivimos esperando... en esa espera... se nos va la vida...

Muchas personas viven esperando y en esa espera se olvidan que, aquellos que dan sin esperar son los que reciben a manos llenas...

Todo lo que damos es un Búmeran, regresa a nosotros... Si queremos recibir, aprendamos primero a dar... Tal vez nos quedemos con las manos vacías, pero nuestro corazón estará lleno de amor... Y quienes aman la vida, tienen el sello de ese sentimiento en un lugar de su corazón...

¡Recuerda! No te olvides de vivir por esperar.

lunes, 18 de junio de 2012

El viaje aporta la felicidad, no el destino.


Pensamientos para el alma.



- Si ves a alguien sin una sonrisa, dale una de las tuyas...

- El que te humilla y te hace sentir menos, está reflejando en ti sus propias inseguridades.

- Sueña lo que quieras soñar, ve a donde quieras ir, sé lo que quieras ser, porque tienes tan solo una oportunidad para hacer todo lo que deseas.

- El amor aunque sea dulce, siempre tiende a agriarse pero si lo mezclas con sabiduría.


- La aventura más maravillosa no es llenar de sueños nuestras vidas, sino hacer de cada momento algo tan fuera de lo común que parezca un sueño a la hora de recordarlo.


- El que busca un amigo sin defectos, se quedará solo toda la vida.

- No te des po verncido, pienso que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.

- No pierdas el tiempo con alguien que no está disponible para pasarlo contigo.

Construyendo al mundo.


  Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su 
atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con 
unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas 
horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente: -Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.
Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza que vería el trabajo digno
de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos 
lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:
- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
- Papá, respondió el niño; yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi 
que había arreglado al mundo.

Que es lo importante en la vida: El hombre es lo mismo que el mundo, si nos construimos 
psicologicamente, podemos armar un mundo mejor.

Aprovechar una situación desfavorable.



  Cuenta una historia que un viejo campesino de la ciudad se fue al campo y le vendió un burro a un joven por $100.

El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
- Lo siento hijo, pero tengo malas noticias ... el burro murió.
- Bueno, entonces devuélvame mi dinero ...
- No puedo, ya lo he gastado ...
- Bien ... da igual, entrégueme el burro ...
- Y ¿para qué?... ¿Qué va a hacer con él?
- Lo voy a rifar.
- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
-Que pasó con el Burro?
- Lo rifé, vendí 500 rifas a $2. - y gané $998.
-¿Y nadie se quejó?
- Sólo el ganador ... pero a él le devolví sus $2.

domingo, 17 de junio de 2012

Pensamientos de felicidad.



1. La felicidad es interior, no exterior; por tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos (Henry Van Dyke).
 
2. La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo (Victor Hugo).

3. La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero (Jean-Jacques Rousseau) 

4. Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta (Sócrates).

5. Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo (Leon Tolstói).

6. La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace (Jean-Paul Sartre).

7. Solo hay un bien: el conocimiento; solo hay un mal: la ignorancia (Sócrates)

8. No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices (Robert Louis Stevenson)

9. La verdadera felicidad consiste en hacer el bien (Aristóteles)

10. El corazón alegre hace tanto bien como el mejor medicamento (Salomón)

Escoge el camino correcto.



Tres hadas fueron invitadas al bautizo de un príncipe. La primera, le concedió el don de encontrar el amor. La segunda, le dió dinero para que hiciese lo que le gustase. La tercera, le dió la belleza.

Pero como en toda historia infantil, apareció la bruja. Furiosa por no haber sido invitada, lanzó la maldición:
-Como ya lo tienes todo, yo te voy a dar todavía más. Tendrás talento para todo aquello que hagas.

El príncipe creció siendo apuesto, rico y apasionado. Pero jamás consiguió cumplir su misión en la Tierra. Era un excelente pintor, escultor, escritor, músico, matemático, pero no conseguía terminar ninguna tarea, porque en seguida se distraía, y quería hacer algo diferente.

Enseñanza:

Todos los caminos van al mismo lugar. Pero escoge el tuyo, y ve hasta el final. No intentes recorrer todos los caminos.

Haz las cosas sin esperar nada de nadie.



Quisiera compartir con todos ustedes, algo en lo que me hizo reflexionar una amiga mía, "no importa lo que hagan los demás, importa lo que tú hagas ante una situación".

Les pondré un caso, dos amigos comentaban sobre la selva de su país, los dos compartían la idea que la selva de su país es hermosa; pero uno de ellos agrega, más luego, que los habitantes de esa región la maltrataban; en lo que su amigo le responde: "Que importa lo que hagan los otros, sino lo que él haga". Por ello llegamos a la conclusión dicha anteriormente, y además que nunca hay que esperar nada de nadie ya que lo más probable es que nunca suceda.

sábado, 16 de junio de 2012

Feliz Día Papá.



Hace mucho tiempo, un padre regañó a su hija pequeña de 5 años por desperdiciar todo un rollo de papel de regalo para envolver una caja.

A la mañana siguiente la niña, a pesar de la riña, le entrega la caja envuelta a su padre diciéndole: "Esto es para ti, papi".

Él, sintió vergüenza de la reacción del día anterior y emocionado abrió el regalo. Pero al ver que en el interior de la caja no había nada, le dijo en tono molesto a su hija: "Señorita, cuando se hace un regalo siempre tiene que haber algo dentro".

La pequeña medio llorando, le dijo: "Pero papi, no está vacía, la llené de besos para ti".

El padre, conmovido, abrazó a su hija y le pidió perdón, y siempre guardó esa caja para llenarse de todo el amor que le regaló su hija cuando esta se fue muy lejos a hacer su vida.

FELIZ DIA DEL PADRE.

Eres un miembro importante en la familia, ídolo de los hijos.

Consejo Chino.



  Una vez un campesino chino, pobre y muy sabio, trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo: "Padre, ¡qué desgracia! Se nos ha ido el caballo."
"¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre, veremos lo que trae el
tiempo..."

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo. "¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho, nuestro caballo ha traído otro caballo."
"¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre, veamos qué nos trae el tiempo."

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se enfurecio y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.
"Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho - ¡Me he quebrado la pierna!"
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
"¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!"

El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que se quejaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.

El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

Que es lo importante en la vida:
Lo mejor es esperar siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en que todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas.

Extinsión de Idiomas.

De acuerdo a un informe del rotativo londinense The Independent, “las lenguas se extinguen más rápido que las especies animales del planeta”.
Los lingüistas calculan que hay en el mundo unas 6.809, el 90% de las cuales cuenta con menos de 100.000 ciudadanos que las usen; de estas, unas 357 cuentan con menos de 50, y 46 con solo un hablante nativo. La colonización llevó a que se extinguieran 52 de las 176 lenguas aborígenes norteamericanas y 31 de las 235 australianas.


Según el profesor Bill Sutherland, de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), al comparar el riesgo que corren los idiomas y los animales, se observa que entre los primeros hay una proporción mucho más alta “en grave peligro”, “en peligro” o “en situación vulnerable”. Luego añade: “El peligro que acecha a mamíferos y aves es bien conocido, pero el que afrontan las lenguas es mucho mayor”.
Tan solo en México han desaparecido muchas lenguas, y actualmente se hablan 66 lenguas autóctonas, como el náhuatl, maya, purépecha, otomí, zapoteco, tzotzil, entre otras. Y en América del sur, otras más, que lejos de mirarlas con desprecio deberíamos interesarnos en ellas. Y en África, donde se presenta la mayor cantidad de idiomas a nivel mundial. ¿Conoces tú algunas de esas lenguas? Muchos estamos estudiando algunas lenguas autóctonas que nos revelan una cultura diferente y hermosa. ¿Y tú cual estás aprendiendo? ¿Por qué lo haces?

Chocolates saludables.



No hay nada como disfrutar de un buen y delicioso chocolate , ahora con mas seguridad comeremos chocolate, pues esté ayuda a proteger el corazón, porque ayuda a cortar una enzima que repercute directamente en el aumento de la presión sanguínea.
Estudios recientes sugirieron que el cacao o el chocolate negro puede poseer ciertos efectos beneficiosos sobre la salud humana. Esto es principalmente causado por una particular sustancia presente en el cacao llamada epicatechin.

Algunos estudios también observaron una moderada reducción en la presión sanguínea luego de ingerir chocolate negro diariamente.Sin embargo, el consumo de chocolate de leche o chocolate blanco, o leche entera con chocolate negro parece negar ampliamente el beneficio a la salud.

Un tercio de la grasa en el chocolate viene en la forma de una grasa saturada llamada ácido esteárico y una grasa monoinsaturada llamada ácido oléico. De todas formas, a diferencia de otras grasas saturadas, el ácido esteárico no eleva los niveles de colesterol LDL en el torrente sanguíneo. Consumir relativamente altos niveles de chocolate negro y cacao no parece elevar los niveles séricos de colesterol LDL y algunos estudios indican que podría reducirlos.
De hecho pequeñas pero regulares cantidades de chocolate negro baja la posibilidad de un ataque cardíaco, un resultado del desequilibrio de colesterol según la hipótesis lipídica.
Estos estudios fueron hechos en la Universidad Linkoping University en Suecia.
Y lo mejor: es igual de efectivo consumir chocolate que los medicamentos prescritos para inhibir dicha enzima…
Es mejor consumir el chocolate con el mínimo de azúcar, recomiendan al 72% o más.

Fuentes: http://www.planetacurioso.com/2010/11/14/%C2%BFsabias-que-comer-chocolate-protege-el-corazon/

Lavar jeans una vez al mes.



¡Cada cuanto lavas tus jeans? ¿Cada semana? Ya no más…. los jeans deben lavarse una sóla vez al mes. ¿Por qué decimos esto?
Resulta que un estudiante de la Universidad de Alberta, Canadá, rompió un récord al usar el mismo pantalón de mezclilla durante 450 días, sin lavarlo, con la intención de demostrar su teoría que comprobó que la falta de lavado no tiene consecuencias higiénicas.

El estudio práctico realizado por el canadiense Josh Le, tuvo un periodo de prueba de septiembre de 2009 a diciembre de 2010, e inició con la finalidad de comprobar la cantidad de mugre que los tejidos pueden llegar a acumular. Pasados los 15 meses, el joven tomó una muestra para medir el nivel de bacterias acumuladas en la tela, e hizo lo mismo después de lavarla y usarlo durante dos semanas solamente. Finalmente notó que el nivel bacteriológico era similar.
Declaraciones reveladas por “The National Post”, indican que el experimento de Le fue supervisado por la profesora Rachel McQueen, del departamento de Ecología Humana de la Universidad, quien señaló que tras los resultados se puede comprobar que los jeans necesitan ser lavados sólo una vez al mes.
Le, de 20 años de edad, confesó que el problema principal del experimento fue el olor que expedía el pantalón, siendo la sección púbica la que guardó mayor número de bacterias, las cuales se aproximaban a las 10 mil unidades.
Y bien, ¿que piensas? Ya se demostró que guarda las misma bacterias… pero ¿tu lavarías tus jeans una vez al mes?

http://www.planetacurioso.com/2011/01/24/sabias-que-los-jeans-necesitan-ser-lavados-solo-un-vez-al-mes/#more-17120 

¿Vergüenza de hacer el bien?



Un famoso escritor caminaba con un amigo cuando un muchacho cruzó la calle sin ver que un camión se acercaba a toda velocidad. El escritor, en una fracción de segundo, se tiró delante del vehículo y consiguió salvarlo. Pero, antes que nadie lo felicitase por el heroico acto, le dió una bofetada al niño:
- No te dejes engañar por las apariencias, hijo mío - dijo él -. ¡Sólo te salvé para que no puedas evitar los problemas que vas a tener cuando seas adulto!

 A veces tenemos vergüenza de hacer el bien. Nuestro sentimiento de culpa intenta siempre decirnos que, cuando actuamos con generosidad, lo que estamos intentando hacer es presionar a los demás, "sobornar" a Dios, etc. Parece difícil aceptar que nuestra naturaleza es esencialmente buena. Ocultamos los buenos gestos con ironía y desinterés, como si amor fuese sinónimo de flaqueza.

viernes, 15 de junio de 2012

¿Sabías que los humanos aprendemos mientras dormimos?



Un estudio de la Universidad alemana de Lübeck, ha conseguido confirmar la vieja hipótesis que los seres humanos aprenden mientras duermen. Según el estudio, durante el sueño el cerebro almacena los conocimientos adquiridos durante el día, lo que hace posible recordarlos a largo plazo.

Según el estudio, en el que participaron 191 voluntarios, durante el sueño el cerebro humano almacena en el hipocampo los conocimientos adquiridos durante el día, lo que le permite recordarlos a largo plazo.


Los participantes en el estudio tuvieron que aprender de memoria 40 pares de palabras y, en otro experimento, retener la posición de objetos y animales y determinados cuadros.

Luego, una parte del grupo se fue a dormir y la otra no. Los investigadores anunciaron seguidamente a la mitad del grupo que se fue a dormir que serían sometidos a un test en 10 horas.

Al final todos los participantes fueron sometidos al test y, como se esperaba, aquellos que habían dormido obtuvieron mejores resultados, según informó la Universidad de Lübeck, en la costa del mar Báltico.

Ya tenemos otra razón para dormir bien, aparte de que la gente que fuerme menos es también menos atractiva. ¡A dormir se ha dicho!

¿Sabías que el arte es bueno para tu salud?



Si te gusta asistir al teatro, al ballet, a los conciertos o a cualquier manifestación artística, te encantará saber que un boleto de admisión a uno de estos eventos es tu mejor receta para tu bienestar total.

De acuerdo con un estudio llevado a cabo entre 50.000 adultos y publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health, asistir a una obra de teatro, un recital o una exhibición de fotografía es bueno para la salud física y mental.

El efecto positivo se debe a que esta clase de eventos reduce los niveles de estrés, el cual, como ya sabes, es capaz de debilitar tu sistema inmunológico, abriendo la puerta a toda clase de enfermedades.

Por suerte, ya sabes qué tienes que hacer para fortalecerlo: ¡darle una poderosa vitamina… de arte!

Cuatro cosas que si no se aprovechan, no se recuperan.



Una chica estaba esperando su vuelo en un gran aeropuerto.
Como tenía mucho tiempo decidió comprar un libro y un paquete de galletas, para descansar y leer en alguna sala del aeropuerto.

Se acababa de sentar cuando también se sentó un hombre, dejando un asiento entre los dos, que abrió una revista y empezó a leer; quedando entre ellos las galletas.

Cuando ella tomó la primera galleta, el hombre también tomó una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada; aunque pensó: "¡Qué descarado, que ganas me dan de darle un golpe para que le escarmiente!

Pero la cosa no quedó ahí. Cada vez que ella tomaba un galleta, él también. Aquello la iba indignando tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.

Cuando quedaba una sola galleta pensó: "¿Qué hará ahora este cara dura?". Y entonces el hombre, que pareció adivinarle el pensamiento, dividió la última galleta y dejó una mitad para ella.

¡Ah, no! Aquello ya era demasiado y se puso a bufar de rabia; por lo que cerró su libro, recogió sus cosa y salió disparada hacia sus sector de embarque.

Una vez en el avión y con más calma, al mirar dentro de su bolso se quedó de piedra: ¡Allí estaba su paquete de galletas, intacto!
 ¡Qué vergüenza!
Solo entonces se dió cuenta de su despiste y del juicio injusto que había hecho sobre el comportamiento generoso de ese hombre.

¿Cuántas veces sacamos conclusiones apresuradas en nuestra vida, cuando deberíamos observar mejor? ¿A cuántas personas encasillamos en estereotipos, sin darles tiempo a explicar lo que quieren decir? ¿Cuántas oportunidades perdemos de quedar mejor?

En ese momento se le vino a la mente un consejo que le dió su ya fallecida abuela.

Recuerda siempre que existen cuatro cosas en la vida que nunca  se recuperan: 

Una piedra, después de haberla lanzado.
Una palabra, después de decirla.
Una oportunidad, después de haberla perdido.
El tiempo, una vez que ha pasado. 

Disfruta la vida.

Ama como si el amor fuera a durar siempre, lucha como si pudieras cambiar el mundo, sueña como si fueras a vivir eternamente y disfruta como si fueras a morir mañana.

Se dice que debemos vivir cada día de nuestras vidas como si fuese el último. Ahora ¿Cómo quieres vivir ese último día? ¿Feliz o triste?

Sé tu mismo.



Un maestro oriental, cuando vió como un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua.
Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.

El maestro intentó sacarlo otra vez, y el escorpión lo volvió a picar.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone... ¡Pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?

El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

NO CAMBIES TU NATURALEZA SI ALGUIEN TE HACE DAÑO; SOLO TOMA PRECAUCIONES. ALGUNOS PERSIGUEN LA FELICIDAD, OTROS LA CREAN.

Vence el miedo.



Cuando un señor tenía diez años, su madre lo obligó a hacer un curso de educación física.
 Uno de los ejercicios consistíaen saltar de una puente al agua. Se moría de miedo. Se quedaba en el último lugar de la cola, y sufría cada vez que uno de los otros niños saltaba delante de él, porque en breve llegaría el momento de su salto. Un día, el profesor, al ver su miedo, lo obligó a saltar el primero.
 Tuvo el mismo miedo, pero pasó tan rápido que empezó a tener coraje.

Se dice que hay que darle tiempo al tiempo. Otras veces, hay que remangarse y resolver la situación. En este caso, no existe peor cosa que retrasarlo.

"Afronte tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas."

jueves, 14 de junio de 2012

Los tres filtros de Sócrates.

Un día, el gran filósofo se encontró con un conocido, que le dijo muy excitado:
-Sócrates, ¿Sabes lo que acabo de oír de uno de tus alumnos?”
-Un momento, respondió Sócrates, antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Se llama la prueba del triple filtro.
-¿Triple filtro?”
-Eso es, continuó Sócrates, antes de contarme lo que sea sobre mi alumno, es una buena idea pensarlo un poco y filtrar lo que vayas a decirme.
El primer filtro es el de la Verdad. ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decirme es cierto?
-No, me acabo de enterar y…
-Bien, dijo Sócrates, con que no sabes si es cierto lo que quieres contarme.
Veamos el segundo filtro, que es el de la Bondad. ¿Quieres contarme algo bueno de mi alumno?
-No. Todo lo contrario…
-Con que, le interrumpió Sócrates, quieres contarme algo malo de él, que no sabes siquiera si es cierto.
Aún puedes pasar la prueba, pues queda un tercer filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Me va a ser útil esto que me quieres contar de mi alumno?
-No. No mucho.
-Por lo tanto, concluyó Sócrates, si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo?

Imaginación.




En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin preocupación sobre una laguna congelada. De repente el hielo se rompió, y uno de ellos cayó al agua. El otro agarró una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas, hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que haya podido quebrarlo con esa piedra y sus manos tan pequeñas.
En ese instante apareció un abuelo y, con una sonrisa, dijo:
- Yo sé como lo hizo.
-¿Cómo?, le preguntaron.
-No había nadie a su alrededor para decirle como no podía hacerlo.

"Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr"

Albert Einstein.

Comprender a los demás.

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de un pariente, cuando ve a un Japones poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirige al japones, y le pregunta:

- Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?
- Si, respondió el japones; cuando el suyo venga a oler sus flores.

Respetar las opciones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, actúan diferente y piensan diferente. No juzgues, solamente COMPRENDE.

Llorar es bueno para la salud.

Un pequeño texto sobre la importancia del llorar, por Sarah Pérez.



 
Reír se ha considerado siempre como un  acto positivo; mientras que  llorar ha sido estimado desde un punto de vista negativo y traumático. Se han resaltado mucho los innegables beneficios físicos y emocionales de la risa; pero poco se ha dicho sobre las bondades del llanto.
Es cierto que reír nos favorece, tanto en lo físico como en lo emocional: aumenta la circulación sanguínea, estimula el cuerpo y mejora nuestra salud,  elimina el estrés y las tensiones, eleva la autoestima, aumenta la inteligencia y retrasa el envejecimiento.  Pero también llorar tiene sus ventajas; por ejemplo, permite eliminar adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que se segregan en exceso en las situaciones de estrés).
El investigador británico Charlin Darwin, quien se dedicó a estudiar la relación biológica de las lágrimas con “lo emocional” y profundizó  las investigaciones en torno a una conexión entre el estado anímico de las personas y los gestos producidos por el llanto, asegura que llorar tiene un efecto saludable en el ser humano.
El  doctor  William Frey, del Saint Paul Ramsay Medical Center, en Minessota, asegura que los gestos de la risa y el llanto son muy similares  y “una buena  llorada” alivia tensiones, elimina la tristeza y permite que una persona  se conozca mejor a sí misma y se relacione de una forma más honesta con los demás. 
Los resultados de los estudios realizado por Frey establecen que “llorar no sólo viabiliza el desahogo y la distensión de las emociones, sino que permite a una persona ver con claridad; pues las penas obstruyen el intelecto.”
Estas consideraciones explican la razón por la cual es  menor el número de mujeres que sufren de úlceras y ataques cardíacos. Los hombres, como desde pequeños se les advierte que “los machos no deben llorar”, se “tragan” sus emociones para no poner en entredicho su masculinidad; por eso aumentan su carga de estrés y esto afecta de manera sensible su salud.

Los deprimidos lloran menos
En Estados Unidos se realizó una investigación en donde se compararon las reacciones exhibidas ante un estímulo melodramático por pacientes depresivos con las de otros que no lo son.  Los resultados sorprendieron a muchos:  los depresivos no lloran más (incluso lloran menos) que las personas que no están aquejadas por esta patología.
El psiquiatra Cristian Prado, máster en Neurociencias de la Universidad de Chile, justifica estos resultados al señalar que  “un porcentaje de los deprimidos están planos,” pues una parte de la estructura del cerebro se apaga funcionalmente y ocasiona que una persona muestre indiferencia ante el dolor, se aísle y  todo les dé lo mismo.

Llorar para ser feliz
Aunque no lo crea, llorar también beneficia su salud emocional, pues le ayuda a sacar las sensaciones negativas que un determinado evento o circunstancia haya causado a su vida.
Llorar le permite eliminar toxinas y luego de permitirse derramar sus lágrimas sentirá un efecto beneficioso, un bienestar similar a tomar un baño tibio antes de ir a la cama.
De ahí la importancia de formar entes, desde la primera infancia, que entiendan la importancia de verter sus sentimientos  y sentir desahogo en el llanto.
Llorar definitivamente no es una debilidad del ser humano, es una válvula de escape, como si se tratara de una olla de presión, no permitirse llorar sólo provocará ganar más presión, sentirse impotente e incontralable y en el momento menos esperado explotar; es alimentar una bomba de tiempo, cuya única finalidad será explotar en el momento que menos se este esperando.
Cada vez que quiera llorar: llore, que nadie se lo impida, no crea que se convertirá en un llorón o llorona, piensa que se está moldeando correctamente, hasta llegar a ser un ser humano razonable y que aprende a equilibrar sus emociones.
Reir es saludable, llorar también lo es y si lo que procura es vivir por mucho tiempo, empiece haciendo lo correcto, no deje para mañana las lágrimas que puede derramar hoy.

Cuando sienta deseos de llorar, ¡Llore!
Aunque las lágrimas han sido consideradas como signos de debilidad e inseguridad, en la actualidad se valora cada vez más el sentido que las emociones dan a nuestra vida y el papel esencial que desempeña el llanto  emocional; tanto a nivel expresivo como a la hora de facilitar la liberación de distintas emociones, como el miedo, el dolor o la alegría.
El llanto es tan beneficioso para la salud como la risa, porque nos permite distraernos de las causas de nuestras angustias y fijar la atención en nuestros sentimientos; sintetiza y alivia el pesar humano; por eso, cuando sienta deseos de llorar, aunque previamente busque un lugar y momento adecuado, ¡llore!.

Reír y llorar producen efectos similares
La risa y el llanto son dos maneras de expresar emociones y están vinculadas con la presión sanguínea, la aceleración y detención de nuestra respiración, el enrojecimiento y la palidez de nuestro rostro e incluso el tono muscular. Ambas nos permiten descargar tensiones y poseen una función reguladora que crea circunstancias ventajosas para nuestro organismo.
La risa incide en el sistema endocrino para que este ordene al cerebro la secreción de una serie de hormonas tales como las endorfinas, que controlan el dolor;  la adrenalina, que ayuda a estimular la imaginación;  la dopamina, que favorece la actividad mental; y la serotonina, que posee efectos calmantes y disminuye tanto la ansiedad como el hambre.
El llanto emocional (no el provocado por el dolor físico), cumple una función vital en el desarrollo humano.  Las  reacciones químicas propias de las lágrimas activan determinadas hormonas que producen efecto tranquilizador beneficioso para el organismo, al eliminarse ciertas sustancias depresoras producidas por la sensación de tristeza.